domingo, 9 de diciembre de 2012

Óscar Niemeyer

Acaba de morir en Brasil, a los 104 años de edad, Óscar Niemeyer, uno de los más grandes arquitectos del siglo XX y un personaje fascinante que, después de haber elevado más de 500 famosas construcciones en numerosos países del mundo y ganado premios de reconocimiento universal, tuvo el valor de declarar: "Lo importante no es la arquitectura; lo importante es la vida". Muchos identifican a Óscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares, su nombre completo, como el creador de Brasilia, la capital que surgió en los años 50 a partir de una decisión política en los talleres de dos extraordinarios diseñadores: el urbanista Lucio Costa y el arquitecto Niemeyer. La catedral metropolitana de Nuestra Señora Aparecida es un ícono de la arquitectura del último siglo y la obra con la que suele identificarse más al genial artista que acaba de morir en Río de Janeiro, donde había nacido en 1907.

Su condición de carioca -ciudadano de Río- no es un mero dato en la vida de Niemeyer, sino una influencia que explica en buena parte su obra, singularizada por el uso de la línea curva y la presencia del agua en muchas de sus creaciones. Niemeyer siempre señaló que la naturaleza en la que se asienta su ciudad natal, con cerros súbitos de cimas redondeadas y múltiples bahías, fijó en él la geometría que luego iba a plasmar en su obra. Enamoradizo y seductor, también atribuía parte de su propensión por las curvas a los torneados cuerpos de las "garotas cariocas".
El material de su predilección, sin embargo, fue el duro hormigón, aparentemente contradictorio con sus fuentes inspiradoras. Un crítico lo bautizó como 'el poeta del concreto'. Siendo un maestro reconocido, que hasta hace poco realizaba talleres con alumnos en su despacho de la playa de Copacabana, desmitificó la arquitectura hasta el punto de afirmar que cuando debía solucionar un problema de diseño no leía tratados técnicos sino libros de poesía y novelas negras. "La razón -decía, repitiendo a Heidegger- es enemiga de la imaginación".

Además de extraordinario artista, fue un ser humano apasionante y apasionado, que logró hacer compatible su célebre y vieja militancia en el partido comunista con un espíritu abierto, lleno de humor, tolerante y humanista. Brasil y cinco continentes lloran hoy a uno de sus grandes genios.

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Arq. Óscar Niemayer