Un mes de Julio que transcurre en un invierno gélido. Llegó la fecha de colgar la muestra y la lluvia abrazada del viento hacían sacudir al balneario, muy lejos quedó el verano, las zapatillas, los lentes de sol y las mujeres que muestran lo que ocultan durante el resto del año. Piriápolis tiene un encanto particular, no importa en qué estación se encuentre. De a poco las caricaturas se ponían en sus lugares ante las paredes de un castillo que tiene una voz propia, imperceptible, abrumadora. Sus pasillos silenciosos, la brisa congelante, la humedad haciéndome tropezar. Allí estaban finalmente aquellos monstruos mirando al centro de la habitación, esperando a la víctima que caiga en la trampa. Me tocan la espalda..."perdón, soy de Colombia, puedo tomar una foto del Gabo (caricatura de García Márquez) para llevármela?" me dijo aquella mujer, si claro, respondí. El fantasma se había introducido en la cámara de fotos para siempre, viajando hacia otros territorios desconocidos. Una imagen al viento del mundo. Una cazadora fugaz como aquél temporal logró su objetivo, la presa ahora estaba guardada en su tarjeta de memoria. La habitación quedó de nuevo vacía...Márquez me guiñó un ojo y me susurró entre las voces de tantos otros: "no te asustes, somos tan reales como la mentira que tú creaste"...silencio...¡tu Macondo también es una gran mentira! le grité desde ese espacio raramente habitado, mientras me colgaba la mochila y daba los primeros pasos hacia las filosas gotas de agua. Subí al auto, le di arranque y comencé a irme, mientras por el espejo retrovisor miraba hacia atrás, por desconfiado o por susto, que mas, no vaya a ser que me siguieran algunas de aquellas gárgolas que dejé colgadas. Me parece que vi algo... finalmente me perdí en el ocaso de un atardecer gris.
Piriápolis, Julio de 2016
Gust
¡Macondo campeón!
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